"El decreto se aparta notoriamente del criterio genérico de la normativa de tránsito, que es mucho más dura con el conductor profesional que con el particular. Es precisamente la profesionalidad del chofer la que determina las mayores exigencias, porque tienen como injerencia desempeñar un servicio público [colectivos] o vital para la economía [camioneros, cargas peligrosas]. Habría que pedir explicaciones por esta flexibilización y propiciar que se revea", dijo Eduardo Bertotti, director del Instituto de Seguridad Vial (ISEV).
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